El miércoles 22 estuve en el foro de la asociación de empresas con gran consumo de energía (AEGE).
En las exposiciones de estas empresas, había un argumentario bastante común a todas ellas: la energía es casi una materia prima y para competir a nivel global necesitan condiciones energéticas más parecidas a las que se dan en otros países, esto es, energía más barata, estabilidad regulatoria y fiscalidad más favorable.
Es lógico si pensamos que a estas empresas electrointensivas, para el desarrollo de sus productos, entre un 30% y un 80% del precio final depende directamente del coste energético y si este es muy elevado, conlleva irremediablemente al cierre de la industria, con lo cual España debe pasar a su importación para satisfacer la demanda, dándose la paradoja de que quizás el país de origen no cumple con los condicionantes que la empresa española debe cumplir a nivel de salarios, condiciones de trabajo o normas medioambientales.
Aunque han visto positivo la reducción del Impuesto Eléctrico, no llevan muy bien asuntos como objetivos de CO2, nueva fiscalidad eléctrica o las cantidades netas obtenidas por la nueva interrumpibilidad. Los países más comparados siempre eran Alemania y Estados Unidos.
Algo que me sorprendió, es que tienen muy asumida la actual estructura del sistema eléctrico actual, y parece que la consideran como algo inmutable, con lo que el argumentario de cual es el problema, es el de siempre: el culpable actual está en el inmenso coste que suponen las renovables. No se ven por ningún lado los inmensos beneficios y también es lógico: quieren producir lo más barato y cualquier impedimento para ellos es un problema. Que se cree empleo o se reduzca la dependencia energética o el nivel de emisiones no cuenta en su balance.
Me hacía gracia pensar como a todos les encantaba los precios de la electricidad de Alemania, pero ninguno comentó el porqué de esos precios tan bajos: efectivamente ¡por las renovables!
¿Por qué algo que funciona en Alemania, no puede funcionar aquí cuando son más rentables? para mi ese es el gran quid.
¡Jornada muy interesante!
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