CO2 global ¿vamos bien?

sábado, 20 de febrero de 2021

El autoconsumo de electricidad no es un negocio

 

Parece una tontería este título, pero creo que conviene recordarlo de vez en cuando. Y si no es un negocio, entonces ¿qué es? ES UN PRODUCTO DE AHORRO

Y hay una diferencia grande en el concepto. Si sólo nos quedamos en lo que nos supone una instalación fotovoltaica de autoconsumo (o de cualquier otra tecnología) puede suceder que nos venga alguien, nos haga un estudio y salgan unos resultados fantásticos y sin embargo no sea lo óptimo para nuestra casa o peor aún, nuestro negocio.

Y esto ¿cómo se come? Pues porque hay que enmarcarlo en lo que es: ahorro, por lo cual si tu suministro no está en buenas condiciones el ahorro puede ser muy bueno, pero al final puede que pagues de más. Veámoslo mejor con un ejemplo de un negocio, ya que es ahí donde es más importante verlo, aunque es extrapolable para un doméstico cualquiera.

Percebesa Vs Mariscos Recio

Percebesa está puerta con puerta con Mariscos Recio, tienen mismos horarios, misma maquinaria, mismo volumen de negocio, vamos que son igualitos ambos negocios, lo único que les diferencia es que Percebesa está al tanto de sus facturas de la luz, intenta entenderlas, sabe a cómo paga el kWh e intenta comparar precios, y encima me sigue en RRSS (que majete) por todo eso ha sabido contratar un precio bueno para la electricidad de su negocio.

Pero su vecino Mariscos Recio es un desastre. Cuando abrió el negocio, hace ya años, contrató con una de las grandes y ahí sigue porque no mira nada. Cada vez que le llega la factura se cabrea por lo cara que es, pone a parir a su eléctrica y amenaza con lanzar un centollo al CEO de su eléctrica cuándo oye por la tele lo que ha subido la electricidad, suelta 17 improperios y ya está. No hace nada más que esperar a que llegue el próximo susto (este es el comportamiento de un gran numero de empresarios de todo tipo y de la inmensísima mayoría de los consumidores domésticos).

Con este panorama, Percebesa paga una factura de 54.000€/año, mientras que Recio paga un 44% más, 77.800€/año. En esas estamos cuando un simpático comercial pasa por allí y les ofrece una instalación fotovoltaica de autoconsumo. Como ambas naves son idénticas, con la misma orientación y el mismo tamaño, a ambos les ofrece la misma instalación por el mismo coste y por tanto producirán la misma cantidad de electricidad. Será un autoconsumo con compensación de excedentes.

Dicho y hecho, enseguida ambos disponen de una flamante instalación, dónde ven reducido su consumo energético un 26% lo que implica una disminución de la factura anual del 21% para el caso de Percebesa y del 23% para el de Maricos Recio que la paga más cara.

Contentos, ambos CEO se ponen a hacer cuentas para ver cómo les ha salido la inversión y el de Maricos Recio se vanagloria de su instinto de mayorista frente al de Percebesa porque su instalación arroja unos espectaculares TIR y VAN del 31% y 1M€ a 20 años, mientras que el de su rival son muy buenos también pero ni de lejos tanto: un 15% y 360k€.

Además Recio amortiza su inversión en tan sólo 4,1 años mientras que a Percebesa le cuesta 6,2 años. A priori todo apunta a que Recio ha hecho el negocio del siglo y ya piensa que le arrebatará el codiciado “Bogavante de oro”, máximo premio a la empresa del sector, a Percebesa… hasta que su CEO le pone los pies en el suelo, comentándole la realidad:

Mira Antonio, tus números son espectaculares porque ahora mismo pagas mucho por la electricidad. El autoconsumo es un producto de ahorro, así que lo que tenemos que mirar no es si amortizamos antes o después o si tu TIR es mayor que el mío. Lo que realmente hay que mirar es lo que vamos a pagar de factura a lo largo de esos 20 años, que en tu caso serán 1,3 M€ mientras que en el mío serán 0,9 M€


La moraleja de toda esta historia está en que un empresario (especialmente, pero un consumidor doméstico también) no debería dejarse deslumbrar por unos datos de autoconsumo espectaculares si no está seguro de tener los parámetros técnico-administrativos de su suministro en condiciones óptimas (potencia contratada y su coste, precios de energía, sobrecargos o conceptos “extra”), porque lo realmente importante es lo que va a pagar en años venideros. El autoconsumo no es un negocio ¡es un producto de ahorro!

Un año más el bogavante de oro irá a Percebesa y el único empleado de Recio se quedará otro mes sin cobrar.